No me gusta emplear el término “excluir” en alimentación, prefiero hablar de alimentos a “evitar en la medida de lo posible”
Los buenos hábitos de alimentación deberían seguirse durante todo el año, y no solo los meses previos al verano.
Una alimentación muy restrictiva conlleva la pérdida de líquido y músculo, pero no de grasa y esto empeora nuestra composición corporal y favorece el llamado “efecto rebote”.
Para conseguir una pérdida de peso debemos priorizar el consumo de verduras, frutas y legumbres, ya que nos aportan gran cantidad de vitaminas, minerales y fibra.
Todos queremos llegar al verano sintiéndonos lo más a gusto posible con nosotros mismos y muchas personas se preguntan cómo conseguirlo de una forma sana y saludable.
¿Qué hábitos saludables deberíamos tener en nuestro día a día?
En esta época del año, muchas personas desean perder peso para sentirse mejor cuando llegue el verano. Algunos consejos que daría son:
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Tomar menos bebidas azucaradas (refrescos, zumos, batidos). Un exceso de azúcar favorece la ganancia de grasa corporal, que es justo lo que queremos evitar.
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La base de los platos ha de ser verdura, muy rica en vitaminas y minerales. Además, al tener fibra, nos sacia y evita que luego comamos más cantidad de la recomendada.
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No saltarse comidas. Este es un error muy frecuente. Toma una ración de fruta o de frutos secos naturales en la media mañana o en la merienda. Así llegarás con menos apetito a las comidas principales.
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Hacer ejercicio físico adaptado a tus necesidades.
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Es importante mantener una correcta hidratación.
¿Qué alimentos deberíamos incluir en nuestra alimentación?
Lo ideal sería seguir una alimentación variada y equilibrada, que incluya todos los grupos de alimentos, para asegurar de esta manera el aporte de todos los macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas y grasas) y micronutrientes (vitaminas y minerales) que necesitamos.
Los grupos de alimentos más interesantes para gozar de una buena salud, son las verduras, las frutas y las legumbres, ya que nos aportan gran cantidad de vitaminas, minerales y fibra.
Y ¿cuáles deberíamos excluir?
No me gusta emplear el término “excluir” en alimentación, porque nos suena a prohibición o a alimentación muy restrictiva. A mis pacientes les digo “evitar en la medida de lo posible”, ya que seguramente en algún momento deseen tomar ese alimento y si lo hacen pueden pensar que ya lo están haciendo todo mal, y para nada es así.
Podríamos decir que los alimentos a “evitar en la medida de lo posible”, si queremos perder peso y mejorar nuestra composición corporal, serían los “ultraprocesados”. Dentro de los éstos encontramos los alimentos precocinados, las bebidas azucaradas, bollería industrial, carnes procesadas…
La mayoría de estos alimentos contienen sustancias que son perjudiciales para nuestra salud, como sal, grasas poco saludables, azúcar, harinas refinadas y aditivos. Es muy importante saber leer el etiquetado para encontrar este tipo de sustancias.
Es importante tomar consciencia de nuestra alimentación y nuestro peso de cara al verano pero ¿es recomendable sólo centrarnos en unos meses al año? ¿Por qué deberíamos mantener estos hábitos siempre?
Los buenos hábitos alimenticios deberían seguirse durante todo el año (salvo momentos muy puntuales), y no solo los meses previos al verano o justo antes de una situación especial (boda, comunión…). Las personas que hacen esto, una vez que consiguen su objetivo, tienden a “relajarse”, es decir, vuelven a alimentarse de forma deficiente y a ser sedentarios. Y de esta forma es muy difícil conseguir un peso saludable de por vida.
¿Qué riesgos puede conllevar para la salud perder peso demasiado rápido?
Muchas personas desean perder la máxima cantidad de peso posible en varias semanas o en pocos meses. Si se realiza una alimentación muy restrictiva, cometeremos el error de perder líquido y músculo, pero no grasa. Es decir, seguramente se conseguirá perder peso, pero la composición corporal habrá empeorado. Es probable que después de una pérdida muy rápida de peso en poco tiempo, se sufra el conocido “efecto rebote”, donde una vez que se deja de seguir una “dieta”, se vuelve a recuperar el peso o la poca grasa que se había conseguido eliminar.
En cuanto a la piel ¿cómo podemos cuidarla desde dentro con la alimentación?
Una alimentación adecuada es esencial para aportar los nutrientes necesarios que necesita nuestra piel. Destacaría:
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Proteínas: imprescindibles para regenerar la piel y evitar que tenga un aspecto frágil. Se encuentran en la carne, pescado, huevos, lácteos y legumbres, principalmente.
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Vitaminas y minerales: sobre todo los encontramos en la fruta y verdura. Por ejemplo, una de las funciones de la vitamina C es regular la cantidad de colágeno que se produce en nuestra piel.
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Ácidos grasos esenciales (omega-3 y omega-6), especialmente indicados cuando tenemos una afección en la piel.
Unidad de Nutrición y Obesidad – Hospital Cruz Roja de Córdoba
Obesidad y sobrepeso – Hábitos alimenticios – Consulta de nutricionista en Córdoba
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