Los EPI y las mascarillas han dificultado en parte la comunicación con los pacientes que no han podido ver realmente nuestra cara, nuestra sonrisa, nuestra mirada de apoyo…
Sirva esta imagen para compensar aquello, para mostrar esa sonrisa de apoyo y aliento que siempre ha estado tras esos EPI. Sirvan estas imágenes para deciros que hemos luchado en todo momento y sin aliento por cada paciente. La Covid19 nos ha arrebatado muchas cosas pero no la fuerza, el amor y dedicación por cada uno de nuestros pacientes.
Entrevista a la Dra. Noelia Muñoz
Jefa de UCI
Unidad de Seguimiento secuelas post covid-19
Hospital Cruz Roja de Córdoba
Por Manuel, Mariano, Juan, Dolores, Francisco, José Antonio, Jesús,… Por ellos y por sus familias, porque su duelo es nuestro duelo…
Es muy difícil no emocionarse cuando la Dra. Muñoz, Jefa de la UCI del Hospital, recuerda en voz alta lo vivido durante este año de pandemia. Nuestro corazón abraza las emociones que sus pausas nos transmiten al reflexionar sobre lo acontecido. Nos sobreponemos y seguimos escuchando…
Lo vivido durante un año de pandemia
Caos y miedo al principio
Al hacer memoria, la Dra. Muñoz recuerda cómo el caos se hizo con el papel principal en los primeros momentos de la pandemia. “Había miedo, un miedo atroz y preocupación por no saber a lo que nos enfrentábamos. Aprendíamos a vestirnos y desvestirnos con los EPI, a manejar una enfermedad desconocida y ante la que no existía tratamiento eficaz alguno demostrado, a crear protocolos y circuitos de la nada, a establecer zonas de aislamiento donde no existían, a crear espacios UCI fuera de UCI…y dimos un paso atrás, rompimos con la calidez de la cercanía y el contacto”.
“Tengo imágenes – continúa – de mis compañeros que difícilmente podré olvidar, como cuando una compañera enfermera de UCI se quitó la mascarilla al salir de la zona de aislamiento y dejó ver una lesión originada por ésta, mientras sus lágrimas caían al mirarse al espejo, pensando que después iría a casa con sus hijos… Tengo imágenes de las miradas de miedo e incertidumbre de los pacientes cuando les ingresábamos en la unidad preguntando sin palabras si conseguirían sobrevivir a esto… Tengo el sonido del lamento de las familias cuando, por teléfono día tras día les informábamos sobre la evolución de su ser querido y no podían verle, acariciarle, consolarle, ofrecerle su cariño… son cosas que hieren tu corazón, pues sientes que a tus compañeros tienes el deber de protegerles, a los pacientes de sanarles y a las familias de apoyarles y… no sé si lo conseguí…”
Queda la prudencia pero se ha vencido a la incertidumbre y al miedo
“La vida es una permanente exposición a lo inesperado, donde muchos ven un problema paralizante, otros encuentran una oportunidad para evolucionar. Esto pasó en nuestro hospital, rápidamente de la nada creamos un todo” – nos cuenta – “Con el paso del tiempo logramos gestionar algunas de esas sensaciones negativas y llenar sus espacios con alegría, resiliencia, sonrisas y unidad. A lo largo de este tiempo hemos conseguido vestirnos y desvestirnos con la relativa tranquilidad que te da esta extraña rutina. Sabemos más sobre esta enfermedad, tenemos conocimiento de medicación capaz de reducir la gravedad, avance y mortalidad, los protocolos y circuitos ya están consolidados…pero sobre todo, hemos visto cómo muchos pacientes han logrado vencer la Covid19 y esa inmensa alegría nos ha dado una enorme fortaleza”.
Sin embargo, aún tenemos asignaturas pendientes. “Debemos educar a la población para que piensen que ahora más que nunca la salud individual repercute en la colectiva; que no somos sujetos aislados, sino que pertenecemos a una comunidad que debemos cuidar. Cuidarnos e invertir en salud es cuidar nuestra sociedad; que la prevención es mejor que el tratamiento; que invertir en ciencia es invertir en futuro, pues es ella la que busca respuestas a todos estos interrogantes; o que hemos de hacer lo imposible para dar respuesta a la frialdad de esta patología más allá de las tablets y los teléfonos… entre otras muchas cosas”.
Ahora no hay ningún ingreso en la UCI por Covid19 “pero esto no ha terminado – asevera la Dra. Muñoz -. El ser humano tendrá que adaptarse a estas incertidumbres, dentro y fuera de los hospitales. Es la forma que tendremos de seguir aprendiendo. Probablemente, dentro de unos días tengamos nuevos ingresos por este motivo, si continúan en ascenso los casos positivos”.
Una cara y una sonrisa tras esos EPI
La Dra. Muñoz recuerda que “hubo un paciente que nos visitó tiempo después haber superado la Covid 19 para mostrarnos lo bien que se encontraba y agradecernos el cariño recibido… qué bonito regalo! La magia de formar parte de una vida. En aquel momento nos pidió que le mostrásemos, desde la distancia, cómo éramos, nuestra sonrisa, nuestra expresión…él nos reconocía por la voz, pero le faltaba nuestro rostro; y tras ello… una sonrisa se dibujó en su mirada”.
“Y es que la insuficiencia respiratoria es una consecuencia directa de la infección por este virus pero hay otro síntoma que también genera de forma sistemática y no podemos menospreciar y es el terror que sienten los pacientes por la incertidumbre del devenir… Para muchos de ellos, ingresar en la UCI era como el final, como que no había nada más que hacer por ellos… Y es que los intensivistas no hemos sido capaces aún de transmitir a la sociedad que la UCI es un espacio lleno de vida, de lucha constante por ella. Ojalá después del paso de tantas personas por UCI, éstas se transformen en embajadores de las unidades de cuidados intensivos y sean capaces de dar luz y esperanza a estos tableros de la vida, donde cada movimiento puede condicionar ganar la partida”.
“La palabra humanidad – continúa – está ligada a la medicina. Yo no comprendo una sin la otra. La Covid19 no sólo ha atacado nuestra salud, ha atacado nuestro estilo de vida, nuestros besos y abrazos; ha puesto de manifiesto cuán fría puede llegar a ser una enfermedad. Nunca olvidaré ese abrazo de uno de nuestros pacientes, Rafael, a Rocío, una de nuestras enfermeras. En ese momento, ella era su apoyo, su familia… La Covid19 nos ha arrebatado muchas cosas, pero no nuestras sensaciones. Antes de la pandemia, habíamos trabajado mucho para que nuestra UCI fuese de puertas abiertas, teniendo a la familia como parte fundamental de la mejoría clínica de los pacientes, pero esta enfermedad ha roto con todo. A pesar de ello, hemos hecho y haremos todo lo posible para que los pacientes puedan mantener el contacto con sus familiares y para que cuando ellos no estén, sepan que nosotros seguimos luchando a su lado, que intentaremos calmar su ausencia, apaciguaremos sus miedos, seremos su apoyo y su sosiego y nunca estarán solos”.
Un lugar especial para las familias
Un silencio lo dice todo cuando habla de las familias… “Fue muy difícil asumir que las familias no podían acompañar a los pacientes y darles su calor… Siento tanto dolor al pensar en aquellas que no pudieron dar un adiós real a su ser querido antes de fallecer…Lamento enormemente que la despedida de unas hijas a su padre antes de morir quedara grabada a modo de whatsapp de audio en el móvil del intensivista para que éste se lo pusiera al paciente y así poder acercarle a su hogar…el de otras a su madre a través del frío cristal, mientras nosotras vestidas con el EPI, intentábamos dar esas caricias y calor que ellas no podían… o el de otros hijos vestidos con el EPI rezando entre lágrimas a distancia…ojalá puedan encontrar consuelo al saber que todo lo que hicimos fue con muchísimo amor y que intentamos arroparles en su adiós”.
“Con el tiempo, hemos podido ofrecer la posibilidad a las familias de hacer videollamadas e incluso visitar a los pacientes a través del cristal que separa la zona de aislamiento con la de la UCI general. Esto ha supuesto un cierto alivio pero sigo pensando que somos mediterráneos y necesitamos el contacto físico, y eso aún no se lo hemos podido dar”.
Un engranaje perfecto
Al hablar de cómo se han coordinado, la Dra. Muñoz afirma que “el engranaje que se tiene que desarrollar para que las cosas funcionen en circunstancias como ésta, ha de ser perfecto. La comunicación con los demás servicios médicos intervinientes ha sido una constante imprescindible: Urgencias, Medicina interna, Neumología, Rehabilitación, etc. Siendo el personal de enfermería, de la limpieza, auxiliares, celadores o los técnicos de radiología, fundamentales. Este modelo de trabajo multidisciplinar y en equipo es hacia el que debemos caminar pues, favorece una comunicación real efectiva entre todos, consiguiendo que se beneficie quienes tanto nos importan: el paciente y su familia”
Superación y adaptación
Estas palabras acompañan continuamente a la reflexión en voz alta de la Dra. Muñoz. “Ha sido muy duro, durísimo, pero me quedo con la capacidad de adaptación y superación que hemos alcanzado los pacientes, sus familias y nosotros. Ellos, han confiado ciegamente en nosotros poniendo su vida o la de los suyos en nuestras manos… Nosotros hemos puesto por delante nuestro deber a nuestras vidas, a nuestro miedo. El ser humano tiene virtudes y defectos, pero sin lugar a dudas son las primeras las que le permiten afrontar retos, superarse y sobreponerse… Seguiremos aplaudiendo con cada alta a planta que demos y seguiremos llorando al lado de quienes pierdan a un ser querido, pero siempre lo haremos tras haber luchado unidos”.
“Toda mi admiración, agradecimiento y cariño por tanto a los pacientes, sus familias y mis compañeros”.
Ante una posible cuarta ola
“Las probabilidades de que ésta se desarrolle en las próximas semanas son altas, muy a mi pesar, aunque deseo que todos como sociedad comprendamos la necesidad de evitarla cumpliendo con las medidas de prevención. No siento miedo realmente porque ese miedo se ha ido transformando en prudencia, pero sí tristeza porque una cuarta ola supondrá que haya personas que no superen esta enfermedad, pues no olvidemos que detrás de los números que, han perdido todo valor, hay VIDAS”.