Inmaculada Pérez

Enfermera Planta no Covid-19

Hospital Cruz Roja de Córdoba

Entrevista a Inmaculada López, enfermera Planta NO COVID

La Covid-19 ha sido por méritos propios la protagonista de 2020 y muy a nuestro pesar, parece que va a seguir siéndolo este año también. Sin embargo, en escena han entrado también unos actores secundarios que no hemos olvidado y que han requerido del mismo protagonismo y la misma atención. Hablamos de otras patologías no Covid-19, que han necesitado en tiempos de pandemia de una intervención urgente.

En la primera ola de la pandemia, la actividad quirúrgica del Hospital bajó por motivos obvios, pero no así la urgente, que ha seguido realizándose con la celeridad e inmediatez que requería.

En este sentido, los pacientes que fueron intervenidos de urgencia, una vez operados, pasaban a la Planta quirúrgica no Covid, una zona reservada para estos pacientes, donde se han extremado las precauciones para evitar cualquier posibilidad de contagio.

En esta planta, el personal de enfermería del Hospital ha jugado un papel esencial durante todo este tiempo. Siempre lo hacen pero en esta época de pandemia de forma especial ya que su vocación, profesionalidad y resiliencia han estado por encima de sus miedos que lógicamente también han tenido, sobre todo en los primeros momentos.

Inmaculada López, enfermera, nos cuenta que “al principio, íbamos a trabajar muy afectados, preocupados por la situación ya que era algo desconocido. Ahora tenemos mucha información y lo hemos normalizado, pero en los primeros momentos no fue así…”.

Aunque su zona era “limpia”, libre de Covid-19, siempre estaban alerta, pendiente de cualquier síntoma en pacientes o trabajadores que pudiese indicar sospecha de contagio. Así mismo, nos cuenta que los pacientes estaban muy preocupados y sensibles con la situación. De ahí que hayan dedicado mucho tiempo a tranquilizarles y procurarles una estancia lo menos inquietante posible, dada la situación.

“Procurábamos – nos cuenta Inmaculada – en todo momento que ellos y sus familiares se sintiesen bien, cuidados, protegidos y sobre todo tranquilos. De ahí que hasta nos llegamos a hacer gorros “domésticos” que protegían igualmente, pero de esa forma, no era tan impactante para los pacientes como los equipos de protección profesionales”.

A diferencia de la planta Covid, Inmaculada nos cuenta que ellos sí han podido estar algo más de tiempo con los pacientes y sus familiares. Tenían la precaución de no pasar demasiado tiempo en las habitaciones con ellos pero sí han podido acompañarles durante su estancia, algo que agradecían.

Reconoce que ha pasado miedo, sobre todo cuando volvía a casa. “Mi marido y yo hacíamos turnos para poder compaginar el trabajo y el cuidado de nuestras hijas. Éramos muy estrictos con las medidas de protección. Nada más llegar, antes de cualquier muestra de cariño a mis hijas, iba directa a la ducha. Fueron momentos difíciles…”.

Momentos difíciles que se aliviaban con el consuelo y cariño de los compañeros. “Hablábamos mucho y nos dábamos ánimos entre nosotros. El haber podido trabajar en una situación así con gente que te apoya, ha sido fundamental. El equipo ha sido un pilar esencial para seguir trabajando…”

Inmaculada no quiere terminar esta conversación sin insistir en que “no todo es Covid-19. Hay enfermos que han necesitado y siguen necesitando mucha atención y una asistencia médica especializada. Debemos seguir acudiendo al médico, con precaución, pero sin dejar de hacerlo cuando sea preciso. No podemos dejar de lado a otras patologías que se pueden agudizar y complicar si no se atienden a tiempo”, concluye.