¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es un sistema de alerta que aparece en nuestro organismo ante situaciones consideradas amenazantes, es decir, situaciones que nos afectan y en las que tenemos algo que ganar o que perder.
¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad?
Se caracteriza por el sentimiento de miedo, inseguridad o aprensión, que activa nuestro Sistema Nervioso Simpático generando un conjunto de síntomas fisiológicos:
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Taquicardia.
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Opresión en el pecho.
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Sudoración.
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Mareos.
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Temblores.
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Debilidad muscular.
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Náuseas, etc
Ante estos síntomas, nuestra mente proporciona una serie de interpretaciones negativas acerca de lo que en ese instante nos está ocurriendo.
Cada persona puede presentar unos síntomas concretos y diferentes a los de otras personas en situaciones similares. Y esto dependerá de su predisposición genética así como, de las experiencias vividas en situaciones previas.
¿Qué puede causarla?
La ansiedad aparece cuando una persona siente que están amenazados sus intereses y cree que no cuenta con medios suficientes para hacerle frente. Esta percepción de falta de capacidad para controlar la situación es también lo que nos activa y nos puede conducir a adoptar actitudes y/o comportamientos para defendernos, a través de conductas específicas de afrontamiento de la situación. Si estas son efectivas, se restablecería de nuevo el control y la ansiedad disminuiría, si no, es probable que nos veamos desbordados aumentando cada vez más los síntomas de ansiedad.
¿Puede ser peligrosa? ¿Qué complicaciones puede generar?
La ansiedad se encuentra presente en todas las personas como mecanismo adaptativo, poniéndonos en alerta ante una posible amenaza. Nuestro cuerpo libera una serie de sustancias (como por ejemplo cortisol o adrenalina) que nos aportan más energía, nos activan proporcionándonos más recursos para afrontar una situación peligrosa.
Sin embargo, cuando esta activación se mantiene de manera intensa o durante periodos de tiempo prolongados, puede influir en la aparición de problemas de salud como:
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Insomnio.
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Problemas cardíacos.
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Enfermedades autoinmunes.
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Hipertensión.
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Ictus.
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Migrañas.
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Problemas musculares.
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Alteraciones gastrointestinales,…
¿Cómo combatir la ansiedad?
Saber identificar que estamos teniendo ansiedad es esencial para recobrar la calma y superar el momento, aunque no es fácil controlarla. Algunas cosas que podemos hacer son:
1- Ejercicios de respiración y relajación como la respiración profunda.
Respirar de forma consciente, cogiendo y soltando el aire de forma controlada y muy despacio provocará cambios a nivel fisiológico en tu cuerpo y te relajará. Reducirá la activación de tu Sistema Nervioso Simpático (el que se activa cuando tenemos ansiedad), aumentando la activación del Sistema Nervioso Parasimpático (encargado, entre otras cosas, de la relajación). Además, si conoces alguna técnica de relajación, ponla en práctica.
2- Técnicas de distracción.
Intenta buscar algo que ocupe tu mente, haz algo que te distraiga e impida generar pensamientos negativos. Cuando tenemos ansiedad aparecen los pensamientos rumiativos negativos, que lo único que hacen es aumentar aún más la ansiedad y a su vez esa sintomatología fisiológica que aparece genera más pensamientos negativos, de manera que entramos en un bucle que hay que romper.
3- Reestructuración cognitiva: Pensar de forma más racional.
Las interpretaciones negativas que le damos a cada situación son las que, en realidad, nos van a generar ansiedad. Por lo tanto, es muy importante cuestionar nuestros pensamientos negativos o ponerlos en duda y buscar interpretaciones más realistas y racionales que nos hagan sentir emociones más positivas. Hay que partir de la premisa de que pensar algo no convierte en ese pensamiento en verdadero. Por lo tanto, intenta busca pensamientos alternativos más positivos a aquellos que te están generando mayor angustia.
P.ej. Si estoy en una entrevista de trabajo y pienso “no me van a coger”, “no soy lo suficientemente bueno”, “me voy a poner nervioso y no voy a saber contestar”. Esto nos generará sensación de falta de control e inseguridad dando lugar a síntomas de ansiedad. Sin embargo, si buscamos pensamientos alternativos más positivos como “me he preparado mucho para esto”, “tengo muchas habilidades para el trabajo”, “puedo aportar mucho a la empresa”, nos proporcionará mayor seguridad y confianza, disminuyendo así la ansiedad anticipatoria.
¿Qué puede aportar un tratamiento psicológico?
A veces nos encontramos en situaciones que nos desbordan y llegan a limitarnos en distintos contextos de nuestra vida. Es en ese momento cuando podemos acudir a un especialista para que nos ayude a gestionar esas situaciones que nos generan emociones negativas.
Un psicólogo:
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Te ayudará a identificar y cambiar pensamientos disfuncionales que te hacen sentir mal.
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Te enseñará a manejar conflictos, proporcionándote estrategias para gestionar emociones negativas.
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Te enseñará a eliminar hábitos negativos que te impidan avanzar, aliviar síntomas de ansiedad o tristeza, ayudándote a conseguir tus metas y a superarte día tras día.
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Te ayudará a generar expectativas positivas, que te permitan crecer como persona.
¿Se puede prevenir la ansiedad?
Existen muchas maneras de prevenir los síntomas de ansiedad, no obstante, va a ser muy diferente en función de la personalidad de cada individuo, de los antecedentes y/o experiencias que haya vivido y de las circunstancias por las que se encuentre atravesando.
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En primer lugar, hay que huir de los “estilos de vida promotores de enfermedad”, tales como ver los obstáculos como barreras, no tener claras metas ni propósitos en la vida, ver las cosas desde un punto de vista negro, aislarse socialmente, tener actitudes pesimistas y/o catastrofistas sobre los acontecimientos y tener una imagen propia negativa, con baja autoestima.
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Y dar la bienvenida a los “estilos de vida promotores de salud”, intentar mantener una actitud de apertura hacia los demás, confiar en que nos pueden ayudar, adoptar actitudes dirigidas a la resolución de los problemas o a su prevención, desarrollar actividades de autocuidado, realizar actividades que nos motiven y nos hagan sentir autorrealizados, intentar tener actitudes optimistas, ser proactivo, y sobre todo favorecer una imagen propia positiva, con buena autoestima aumentando aquellas conductas que nos hagan sentir bien.
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También, practicar ejercicio físico de forma regular. De esta manera se eliminan tensiones acumuladas por situaciones estresantes a lo largo del día, se liberan en nuestro cuerpo ciertas sustancias como endorfinas o serotonina, que te generarán emociones positivas y mayor sensación de bienestar.
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Del mismo modo, las técnicas de relajación ayudan a combatir la aparición de crisis. La práctica de Mindfulnes, yoga, meditación o técnicas de relajación como relajación muscular progresiva o respiración diafragmática, realizadas de manera rutinaria nos pueden ayudar a gestionar mejor aquellas situaciones diarias que nos generan mayor estrés.
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