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Hospital Cruz Roja de Córdoba
La complicación más importante de una gastroenteritis es la deshidratación. Se trata de una complicación potencialmente grave. El riesgo es mayor cuanto menor es la edad del niño. Ante la sospecha siempre se debe acudir a Urgencias.
¿Qué es la gastroenteritis? ¿Cuáles son sus síntomas?
La gastroenteritis es una inflamación del estómago y el intestino. Los principales síntomas son:
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Cuando el estómago se inflama, como mecanismo de defensa para expulsar la causa de la inflamación, se producen náuseas y/o vómitos.
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La labor del intestino es la absorción de nutrientes y de líquidos. Cuando está inflamado suceden dos cosas: una es que la mucosa intestinal (la “`piel” que recubre al intestino por dentro), que es la encargada de llevar a cabo la absorción, está dañada. Por otro lado, al sentirse dañado el intestino, se mueve más rápido para expulsar cuanto antes la causa de la inflamación, con lo cual los nutrientes y sobre todo los líquidos no permanecen en el intestino el tiempo suficiente para ser absorbidos. Como resultado hay una presencia importante de líquidos en las heces, y además éstas son más frecuentes, lo que llamamos diarrea.
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Además, debido a la propia inflamación puede producirse dolor abdominal. Como respuesta del organismo al agente infeccioso, puede haber fiebre y/o malestar general. Por otro lado, la inflamación intestinal modifica la flora intestinal (habitualmente de forma transitoria) lo que produce gases, que a su vez contribuyen al dolor abdominal.
Deshidratación
El peligro principal de una gastroentertis es la deshidradatación. Bien porque el estómago esté inflamado y por tanto se produzcan vómitos (lo que nos impide aportar líquidos), o bien porque aunque podamos administrar líquidos por boca, éstos no se absorban en el intestino inflamado, puede llegarse a la situación de que haya una cantidad insuficiente de líquido en el cuerpo.
Síntomas de la deshidratación
La deshidratación cursa con varios síntomas.
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Uno de los más precoces es el de las mucosas pastosas, es decir, la mucosa oral y de la lengua “no brillan” como si tuvieran su capa de saliva habitual. Esto puede pasar también en los ojos.
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Llanto sin lágrima.
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Orinar muy poco (el riñón intenta ahorrar líquidos).
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Estar ojeroso, tener los ojos hundidos.
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Irritabilidad.
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Somnolencia.
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Decaimiento.
Acudir a urgencias
Ante un cuadro de gastroenteritis y la presencia de algún síntoma de deshidratación, se debe acudir a Urgencias.
Causas de la gastroenteritis
Habitualmente la causa es infecciosa.
Virus
La gran mayoría de gastroenteritis en niños son producidas por infecciones virales (rotavirus, adenovirus, etc.). En muchos de estos casos, suelen empezar con fiebre y vómitos durante 1-2 días y posteriormente continúan con diarrea durante varios días.
Son contagiosas, y el contagio suele producirse a través de las manos (en un ejemplo sencillo el enfermo se limpia la boca con la mano, después de alguna manera toca la mano de otra persona que posteriormente se lleva la mano a la boca o bien coge un alimento con la mano y lo ingiere, contagiándose). Por eso es muy eficaz el lavado de manos como prevención.
Bacterias
Más raramente son producidas por bacterias (Salmonella, Shigella, Campylobacter), habitualmente a través de alimentos en mal estado. En estos casos, habitualmente el periodo de incubación es corto, la fiebre es alta, el malestar general es acusado, y en las heces suele haber presencia de sangre y/o moco.
Otras causas
Excepcionalmente, no son de causa infecciosa, y la inflamación se produce por otras causas (autoinmune, etc.).
¿Cómo sabemos que es gastroenteritis?
Diagnóstico
El diagnóstico de la gastroenteritis es clínico, por los síntomas que cuentan los padres y por la exploración física que el pediatra realiza en la consulta. Cuando se sospecha gastroenteritis bacteriana, se suele realizar un urocultivo para conocer la bacteria causante y en base a ello decidir el tratamiento.
Tratamiento de la gastroenteritis
Tratamiento de la causa
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Cuando la causa es viral, no se trata.
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Cuando la causa es una bacteria, sólo en algunas ocasiones se trata con antibiótico (depende de qué bacteria), puesto que la mayoría son vencidas fácilmente por el sistema inmune.
Existen pruebas para determinar virus en heces, pero habitualmente no las utilizamos (únicamente si queremos descartar otras causas o por interés epidemiológico).
Tratamiento de los síntomas
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Para la fiebre se utilizan antitérmicos.
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Cuando los vómitos son continuos y no permiten tolerar líquidos, administramos un antiemético (habitualmente de uso exclusivo hospitalario). Es importante que tras un vómito dejemos pasar unos 30 minutos sin administrar nada más por boca, y dejar que “asiente” el estómago, ya que tras un vómito el estómago está muy inflamado y lo esperable es que si le damos algo más lo vomite también.
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En cuanto a la diarrea, puesto que la gran mayoría de las diarreas son infecciosas, los antidiarreicos están contraindicados. Estos medicamentos hacen que el intestino se mueva más despacio, por lo que en el mejor de los casos pueden disminuir las molestias abdominales y las heces líquidas, pero dificultan que el organismo expulse el agente infeccioso y no acortan la duración total del proceso o bien lo prolongan.
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El dolor abdominal puede ser tratado con analgésicos, si bien en este caso no siempre son eficaces, sobre todo cuando el dolor es debido a los movimientos intestinales o a acumulación de gases.
En ocasiones puede existir una modificación de la flora intestinal importante, para ello se pueden utilizar probióticos.
Complicaciones en niños
Ante la sospecha de cualquiera de las complicaciones se debe consultar con un pediatra.
Intolerancia transitoria a la lactosa
Cuando la diarrea es muy prolongada, puede deberse al desarrollo de una intolerancia transitoria a la lactosa. En esos casos se indica dieta exenta de lactosa durante un periodo de tiempo.
Irritación perianal
En las diarreas ácidas se produce irritación perianal, en ocasiones incluso fisuras anales. Responden muy bien a tratamiento con pastas al agua u otras pomadas.
Deshidratación
En cualquier caso, la complicación más importante de una gastroenteritis es la deshidratación. Se trata de una complicación potencialmente grave. El riesgo es mayor cuanto menor es la edad del niño. Ante la sospecha siempre se debe acudir a Urgencias.
Si la exploración física muestra signos de deshidratación, se realiza un análisis de sangre para comprobar el estado de hidratación. Si la deshidratación es moderada, la forma ideal de rehidratación y la que primero se intenta es la oral. Cuando ésta no es posible, o bien cuando la deshidratación es grave, se recurre a la rehidratación intravenosa.
Prevención de la gastroenteritis
Para prevenir el contagio lo más eficaz es el lavado de manos. Se debe además evitar ingerir alimentos en mal estado.
En caso de haberse contagiado de gastroenteritis, lo más importante es prevenir la deshidratación. Para ello se deben ingerir líquidos suficientes:
Diarrea con vómitos
Se debe evitar administrar alimentos o líquidos en los siguientes 30 minutos a un vómito, porque lo más probable es que se provoque otro vómito y la mucosa permanezca inflamada. Una vez pasados esos 30 minutos debemos dar lo que menos vaya irritar al estómago de nuevo: líquidos en pequeñas cantidades. Solemos indicar al principio cantidades de 2-5 mL cada 5 minutos. Tras 30-60 minutos de tolerancia adecuada, se puede aumentar la cantidad y la frecuencia.
Además del agua y el suero oral, los líquidos azucarados (agua con azúcar, zumos) pueden ser de utilidad. Tras 2-3 horas sin vomitar líquidos, en caso de que el paciente tenga hambre puede ofrecérsele algún sólido.
Diarrea sin vómitos
En el caso de diarrea sin vómitos el riesgo de deshidratación es menor, ya que si pierde mucho líquido por la diarrea podremos reponer por boca cuanto necesitemos. Cualquier líquido contribuirá a disminuir el riesgo de deshidratación, si bien los líquidos ricos en azúcar tenderán a dar más diarrea y también más gases y molestias abdominales.
Lo ideal es agua o suero oral, éste último sobre todo en diarreas de varios días de evolución, ya que repone la pérdida de sales minerales. Las bebidas isotónicas o deportivas tradicionalmente utilizadas en diarreas contienen sales minerales, pero también contienen grandes cantidades de azúcar, por lo que no son lo ideal en la fase de diarrea (sí son muy útiles en la fase de vómitos).
Alimentos para la diarrea
En cuanto a qué tipo de alimentos se pueden ingerir, no hay ninguna contraindicación, salvo evitar alimentos muy grasos que pueden provocar digestiones más pesadas y especialmente molestas en el caso de una gastroenteritis.
Es cierto que existen alimentos astringentes (arroz, plátano), pero se ha demostrado que con dietas normales el tiempo de recuperación es igual o incluso menor que con dietas específicas. Es posible que durante el proceso, sobre todo los primeros días, el paciente no tenga mucha hambre. En ese caso se le deben ofrecer alimentos pero sin forzar.
En el caso de los líquidos, sí es importante asegurar una cantidad suficiente para evitar la deshidratación.
¿Cuándo acudir al médico por gastroenteritis?
Ante un cuadro de vómitos de repetición o de diarrea, acompañado por fiebre o no, se debe acudir a Urgencias, por la gravedad que supone el riesgo deshidratación. Es importante comprobar el estado de hidratación y tener claras las indicaciones pertinentes y qué vigilar en casa.
Asimismo, se debe acudir a Urgencias ante cualquier signo de deshidratación (mucosas pastosas, llanto sin lágrima, orinar muy poco, estar ojeroso, tener los ojos hundidos, estar irritable, somnoliento o decaído).