El papel del nutricionista en el tratamiento de la obesidad
El trabajo del equipo multidisciplinar de la Unidad de Obesidad es ofrecer al paciente las herramientas, pautas y el acompañamiento suficiente para transformar sus hábitos de una manera sostenible.
Las primeras cinco semanas, el nutricionista sigue muy de cerca al paciente, supervisando que no exista ningún déficit nutricional.
¿Qué papel desempeña el especialista en nutrición en este proceso?
La figura del nutricionista es muy importante puesto que realiza la primera evaluación nutricional al paciente y con la que comenzamos a valorar si es un posible candidato a una cirugía bariátrica o a que se le implante el balón intragástrico.
Para ello se realizan distintos estudios como la antropometría general que conlleva pesar al paciente, calcular el Índice de Masa Corporal (IMC), valorar el riesgo cardiovascular, el gasto calórico diario y el metabolismo basal del paciente.
¿Qué protocolo de atención sigue el nutricionista con el paciente?
En la primera consulta, como hemos comentado, el nutricionista realiza una valoración del estado nutricional y enfermedades asociadas, además de una analítica general. Con estos resultados, se valora el tipo de intervención más adecuada según las características y estado del paciente.
El especialista de digestivo será el encargado de la implantación del balón gástrico o POSE y en los casos de pacientes susceptibles de cirugía, serán derivados al especialista en cirugía de la obesidad o cirugía bariátrica.
La siguiente consulta con el nutricionista será tras la intervención y a partir de aquí hay un seguimiento estrecho en el que damos al paciente unas pautas nutricionales según la técnica por la que se haya optado. Igualmente, el seguimiento será apoyado por el especialista en digestivo y el cirujano en cada caso.
¿Cómo será la dieta a seguir antes y después de la intervención para el tratamiento de la obesidad?
Balón intragástrico
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Previo a la intervención: 3 días de dieta líquida.
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Día de la implantación: ni líquidos ni solidos desde 8 horas antes.
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Tras la implantación: se valorará una dieta progresiva en base a la forma de vida de cada paciente pero se deben seguir unas pautas básicas:
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1 a 7 días: dieta líquida (mejor fríos). Los fríos son mejores para reducir uno de los efectos: vómitos.
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7-14 días; dieta suave (purés en pequeñas cantidades, especialmente con verduras).
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3ª semana: dieta blanda, que se va adaptando progresivamente a la tolerancia de cada paciente.
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5ª semana: comenzamos con una dieta personalizada según gustos, estilo de vida etc.
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Retirada de balón intragástrico a los 6 o 12 meses
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5 días previos a la intervención solo se ingiere dieta líquida
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Día de la retirada ni líquidos ni solidos 8 horas antes y según tolerancia el paciente vuelve a llevar su dieta habitual.
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Cirugía bariátrica
Antes de la cirugía:
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El paciente, al menos 15 días antes, debe seguir una dieta muy estricta. Desde la Unidad de Nutrición y Obesidad, no solo se le darán pautas de alimentación para esos días sino que también se le proveerá de forma gratuita de las bebidas (en forma de batidos) de una dieta completa hipocalórica y de bajo volumen, rica en ácidos grasos ω3 (EPA y DHA), arginina, carnitina y taurina y lista para su consumo.
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La ingesta de 3 batidos al día (dieta líquida exclusiva) o de dos al día (dieta mixta) asegurará el aporte necesario para la preparación quirúrgica así como para la reincorporación alimentaria tras la cirugía.
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Desde la Unidad de Nutrición y Obesidad, le facilitaremos dichos batidos en las visitas programadas que el paciente tenga con la dietista y en su alta hospitalaria se le adjuntarán los necesarios para su re-educación alimetaria post-cirugía.
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Es importante también que el paciente no beba alcohol, ni fume al menos durante esos quince días previos.
Dieta después de la operación bariátrica:
Sse establecen cuatro etapas nutricionales una vez realizada la intervención quirúrgica entre las 4 y las 6 semanas siguientes:
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Día 1 y 2: dieta líquida-clara (solo líquidos con sales, siempre con la indicación del cirujano).
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Días del 3 al 14: dieta líquida-completa (introducimos nutrientes, vitaminas y minerales).
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3ª y 4ª semana: introducción de alimentos blandos (cremas o pures compuestos de verduras y frutas, preferiblemente cocidas o asadas).
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5ª semana en adelante: dieta personalizada en la que se introducen alimentos según tolerancia del paciente y siempre de forma equilibrada.
¿Cuántos kilos puede llegar a perder el paciente con ambas técnicas?
Puede perder entre 15 y 25 kg en un periodo de 24 meses. Aquí entra en juego las condiciones de cada paciente y sus hábitos. En este caso, la disciplina y estilo de vida con el gasto calórico que conlleva es determinante para conseguir el objetivo.
¿Qué tipo de seguimiento a largo plazo realizará el nutricionista con el paciente?
Ambas técnicas requieren de seguimiento por el nutricionista y su periodicidad, dependerá de cada paciente. Normalmente, en las primeras semanas vemos al paciente cada 15 días y posteriormente, una vez al mes.
¿Puede darse déficit de vitaminas o nutrientes tras la intervención?
El déficit de vitaminas es común en ambas técnicas pero especialmente tras la cirugía bariátrica se produce falta de hierro, falta de vitaminas B12, A y calcio. Por ello, es importante una alimentación equilibrada rica en alimentos frescos y nutritivos.
En esta etapa, en la que se adapta la dieta al paciente de forma personalizada hay que tener en cuenta una serie de pautas para que no se produzca este déficit.
¿Qué pautas son esas?
Las pautas fundamentales son las siguientes:
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Tras la intervención, en ambos casos es importante empezar con alimentos suaves antes de introducir sólidos (cocidos mejor que crudos).
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Aumentar la cantidad de proteínas en cada toma (60gr más en mujeres y 70gr más en hombres) y que sean de alta calidad como pollo, pescado huevo.
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Comer en pequeñas porciones, realizando 3 comidas al día y 2 o 3 tentempiés.
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Masticar bien y comer lentamente.
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Bebidas y comidas no muy calientes.
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Evitar azúcares concentrados para que no se produzca el síndrome de Dumpin (vaciado gástrico rápido)
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Evitar beber líquidos durante las comidas (preferiblemente 30 minutos antes y después).
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Incrementar los lácteos de forma progresiva según la tolerancia del paciente.
¿Cómo ayudará el nutricionista a revertir posibles complicaciones?
El nutricionista adaptará el menú a las circunstancias de cada paciente, adelantando o retrasando los procesos de las diferentes etapas nutricionales si es necesario. Algunas de las complicaciones son: síndrome de dumping (vaciado gástrico rápido), vómitos, intolerancias alimentarias, estreñimiento y dolor en la zona gástrica o en la garganta.
¿Existe la posibilidad de un “efecto rebote” una vez concluido el seguimiento?
Sí, puede ocurrir. De hecho, el principal motivo del fracaso se produce cuando el paciente decide por su cuenta seguir una dieta extrema, provocando en muchos casos ese efecto rebote.
Nuestra responsabilidad, como equipo multidisciplinar en la Unidad de Obesidad del Hospital Cruz Roja de Córdoba, es darle al paciente las herramientas, pautas y el acompañamiento necesarios para que tome consciencia de su nuevo estilo de vida, transformando sus hábitos y siguiendo una alimentación equilibrada no solo por un tiempo sino de una manera sostenible, de por vida.
El paciente cambiará prácticamente su forma de vida pero es una carrera de fondo, ¿verdad?
No existen los efectos milagrosos, el paciente debe tener la voluntad para que el proceso sea exitoso. Si el paciente se implica, toma consciencia y cambia sus hábitos, efectivamente será un proceso exitoso y su estilo de vida habrá cambiado.
Unidad de Nutrición y Obesidad – Hospital Cruz Roja de Córdoba
Obesidad y sobrepeso – Tratamiento de la obesidad – Consulta de nutricionista en Córdoba
Si lo desea puede solicitar una cita con nuestros especialistas de la Unidad de nutrición y obesidad.